Vengo de Atlantide
Vengo de Atlantide a buscar tu cintura,
a enredarme en tus senos.
A jugar con tus labios.
A sentirme madura y a sentirte
y a enlazarme en tus piernas,
a anudarme en tus manos y enredarme en tu pelo,
a jugar a encontrarte en caminos desnudos.
A fingir que no sientes,
que no siente tu boca
y no siente mi boca despertarse en la tuya.
No vengo por nada que no sea tu nombre,
madrugar en tu espalda,
acunarte despacio,
sonreír en tus párpados y rozarte las nalgas,
y lamer el azúcar que despide tu vientre
mientras lucho en silencio por tener
algo más que tu nombre o cintura,
algo más que tus besos y tus dulces palabras
que se acaban de noche;
por tener algo más que tu cuerpo desnudo,
que caricias despiertas
y un suspiro desierto cuando te has ido.
Vengo de Atlantide.
Sé presente.
Nunca aprendí a irme con las manos vacías.
Extracción de muela
Hace 5 meses
2 Comentarios:
Tienen tus poemas, ese toque de aire fresco. Esa caricia, que llega, de repente, cuando no la esperas y que te refresca la piel.
Son tus poemas, una flecha que atraviesa, y te deja, tan enamorada como encantada. Realmente, me gusta leerte, porque me inspiras esa cosa, que pocas personas logran.
Un abrazo, Inés.
gracias mil Eigual. De eso se trata no? de transmitir algo, un escalofrío, una bonita sensación, un recuerdo...algo que haga temblar.
un abrazo
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