XVIII

23:38 / Publicado por Inés /

ACORDARSE DE VIVIR


Al dar el pistoletazo de salida


en contra de la Medicina


me acordé de vivir.


Cuando me rompí los huesos


y me los volví a romper


cuando conocí mis límites y lloré


o se cerraron las puertas de los sueños


me acordé de vivir.


Cuando me vacié de todo


y la vida era únicamente


el pasar lento del tiempo


me acordé de vivir.


Cuando todo eso ocurría


emprendía cada vez el mismo camino


y siempre funcionó.


Y ahora que mi barrio es habitado


por niñas con la cara del diablo,


en la calle Pandora espera siempre un verso


y una lágrima cierta nublando mi carrera.


Me acordé de vivir, eso es todo.


A veces necesario y, otras veces,


cuando inhalo con la fuerza de los días


y me como los suspiros y los años,


es la duda reflejada en tu retina.


Acordarse de vivir no sólo vale


en el último estertor del desencuentro.


Acordarse de vivir es matar niñas


con la cara del demonio en las aceras.


Acordarse de vivir es un oficio:


acordarse de vivir la vida entera.

0 Comentarios:

Publicar un comentario